Anabel Pantoja: Desvelan el pacto entre Arelys y Yulen Pereira

"Sigo viviendo y no se va a parar el mundo. Son cosas que pasan", pronunciaba Anabel Pantoja en su primera reaparición en público tras la ruptura. El nombre de la sevillana lleva varios días entre los principales titulares de la prensa del corazón y los motivos de su separación son todo un misterio.

Sin embargo, la revista “Lecturas” ha publicado un dato revelador que está ligado directamente a Arelys. La madre del esgrimista se encuentra en “Supervivientes 2023”, ya que el año pasado su rostro se hizo conocido en los platós del reality.

Como defensora de su hijo, la mujer de apellido Ramos no tenía una muy buena impresión de la sobrinísima. Tras desembarcar en las islas y conocerle directamente, su postura parecía cambiar radicalmente. Pero hay quienes nunca creyeron en ese acto de transformación.

Y puede que no hayan estado equivocados. Según ha indicado el medio citado, si Yulen Pereira no ha terminado su relación con la influencer antes de que viajara a la gira con Isabel Pantoja es porque tenía un pacto con Arelys.

María Patiño es quien ha señalado días atrás que el romance de Anabel con el deportista se había enfriado hace unos meses. Según lo que ha trascendido ahora, el exsuperviviente estaba dispuesto a acabar con su historia de amor poco antes de que la excolaboradora pusiera rumbo a América.

Pero Arelys ha dispuesto que eso no ocurra, porque temía que la ruptura pusiera en riesgo su participación en el concurso televisivo más extremo. Así las cosas, ambos habrían acordado que el esgrimista rompa con la prima de Kiko Rivera e Isa Pantoja, más adelante.

Yulen parece haber seguido al pie de la letra las indicaciones de su madre, ya que ha cortado su relación cuando esta ya se encontraba en Honduras, cuando la sobrinísima ha regresado de América.

Más allá de las especulaciones, Anabel Pantoja se ha mostrado bastante madura ante este varapalo amoroso. De acuerdo a Kiko Hernández, cuando le ha consultado al respecto, ella ha sido tajante: “Con 36 años que tengo entenderás que ya no puedo estar llorando por alguien que ha decidido marcharse. Me fastidia pero no puedo hacer nada más".